Cuando empezamos a trabajar con Brico Depôt, el escenario en redes sociales era muy diferente. En su sector, el trabajo de todas las marcas de la competencia generaba un efecto “sea of sameness” en el que todos los feeds eran absolutamente intercambiables: fotografías de interiores recién decorados con la estética en tendencia. 

Continuar con esa estrategia era un problema, no solo por la falta de diferenciación absoluta, sino porque, en el caso concreto de Brico Depôt, además, esta estética estaba totalmente desvinculada de lo que son sus tiendas en la realidad. Se creaba así una ruptura demasiado pronunciada entre lo que mostraban en redes y lo que los usuarios se encontrarían si decidían pasar a la acción e ir a una de sus tiendas.